Capítulo 3: Cristalino
Capítulo 3 de Cristalino: 3 Todavía no había asomado el sol cuando el teléfono de mi habitación del hotel empezó a sonar a la mañana siguiente, arrancándome de un descanso de lo más agradable. Inesperadamente agradable. Creo que no había dormido tan bien en mucho tiempo. Mirar el reloj me hizo sospechar que el sol en las islas Orcadas no funcionaba exactamente como en Londres. Me desperecé con un rugido de frustración antes de obligarme a contestar a la llamada dando por echo que sería Randa, que pretendería que nos pusiéramos en marcha ya. –¿Hora de moverse? –pregunté con los ojos cerrados y voz perezosa. –¡Monroe! ¿Aún estás durmiendo? ¡Levántate de una vez! Buenos días, por cierto. –Randa, no son ni las siete de la mañana. ¿A qué viene tanta prisa? No se nos va a escapar ningún avión. No se nos va a escapar nada. Un poco de calma, por el amor de Dios –Suspiré cansado–. Ahora me visto y nos vemos abajo. –Yo...