Capítulo 4 de MANZANA DE HIERRO
Cuarto capítulo de mi novela. 4 Extraño –¡Me cago en la puta! –exclamé. Contemplé impotente cómo nos salíamos de la carretera para que el taxi acabara volcando. Fue inútil intentar sujetarme. Me golpeé en la cabeza y los brazos. Casi me rompo el cuello al caer sobre el techo del vehículo cuando quedó invertido. Dolorido, me arrastré para salir con cuidado por la ventana rota. Me puse en pie y, tras comprobar que no estaba herido, fui a ver al taxista. Palpé su pulso. No tenía. Una larga flecha, hecha al parecer de madera con el estabilizador de plumas de ave auténticas, había atravesado el parabrisas para clavársele en el pecho. “Joder, la puta arquera. Zorra, aquí estoy. Da la cara...”